En medio de esta polarización: ¿qué podemos esperar de los medios de comunicación ante el proceso constitucional en curso? Los medios son uno de los vehículos más poderosos en la construcción de realidad (Schudson, 2005). Las noticias producidas y circuladas en los medios siguen siendo una de las vías más importantes a través de las cuales la sociedad adquiere conocimiento del mundo (De Botton 2014). Especialmente en democracia, los medios desempeñan un papel central al señalar los temas de interés público (Donsbach, 2014), y ayudar a construir la idea de nación como comunidad imaginada. Como resaltara Benedict Anderson (1983), independiente de la desigualdad y explotación que pueda prevalecer en una sociedad, la nación siempre se concibe como una instancia horizontal. 

Considerando la capacidad de marcar agenda y construir la idea de nación de los medios, es preocupante que un 45% de los encuestados de Chile Dice piense que los medios de comunicación exageran y amplifican las diferencias, ayudando a producir la polarización. Un botón de muestra es cómo sectores conservadores han intentado resignificar la semántica del estallido social de 2019, y las razones que llevaron al mismo. Con el mote de “octubrismo”, columnistas y editoriales de los principales medios han enfatizado la violencia de las revueltas de 2019 que empujaron a la clase política a escuchar las demandas ciudadanas por una nueva constitución. Algunos de estos incluso han relativizado las violaciones a los derechos humanos durante la represión de las protestas. Estos columnistas olvidan las múltiples razones que llevaron al estallido, que no han desaparecido, y que el mandato popular por redactar una nueva constitución tuvo un 79% de apoyo en el plebiscito de entrada (25 octubre 2020). Esta disociación entre los deseos de la ciudadanía y una esfera pública medial enfrascada en debates de elite es parte vital del problema. 

Frente a una nación que no termina de procesar sus desavenencias y desconfianzas, los medios de comunicación debieran contener el apetito por las polémicas emocionales y la interpretación distorsionada que acarrea el tan apreciado rating . Al avivar una cobertura de trinchera sobre el proceso en curso, los medios de comunicación han alimentado la polarización del país, dificultando la construcción de Chile como una comunidad imaginada. Por el contrario, estos debieran acordar marcos básicos de veracidad pública, tal como se les exige a las encuestas, para poder cumplir el papel crítico de informar a la ciudadanía sobre el proceso constitucional, escrutar el comportamiento de las autoridades y representar los dolores y anhelos de la sociedad. 

 

Referencias

 

Anderson, B. (1983) Imagined Communities: Reflections on the Origin and Spread of Nationalism. Verso. 

 

De Botton, A. (2014) The News: A User’s Manual . Pantheon

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Los resultados de la encuesta Chile Dice (Criteria – Universidad Alberto Hurtado) muestran un panorama alarmante: el 85% de los encuestados afirma que el ambiente en Chile está altamente polarizado, y un 82% afirma que los chilenos confían poco o nada en las instituciones. Tras el rechazo a la propuesta de la Convención, se espera que la convivencia entre los chilenos empeorará y no hay confianza en que este rumbo se modificará en el futuro próximo. Si es que el proceso constituyente en curso tenía expectativas de dotar de legitimidad a un sistema político en crisis y un modelo económico percibido como desigual, el rechazo a la propuesta de la Convención no ha hecho más que profundizar la distancia entre los representantes políticos y la ciudadanía. 

El triunfo de la opción Rechazo tiene múltiples explicaciones: el malestar de la ciudadanía frente a una economía estancada y en crisis de seguridad; el ingreso de nuevos votantes y el cuestionamiento transversal a las élites; la inclusión de propuestas en la nueva constitución controversiales para la ciudadanía -como la plurinacionalidad, sistema de justicia paralelo o el aborto; los cuestionamientos al propio desempeño de la Convención y las dificultades que generó su lógica agonística; así como el rechazo que produjo su desprecio por la identidad nacional. Otra explicación dominante es que la campaña del plebiscito fue sucia, estuvo plagada de propaganda falsa y que la ciudadanía votó mal informada. 

Los resultados de la encuesta Chile Dice confirman esta última impresión: casi la mitad de los encuestados (47%) piensa que la campaña electoral del plebiscito de salida fue sucia, entregando desinformación y mentiras sobre las opciones. Esta impresión se amplifica entre los que apoyaron el texto: 89% de quienes votaron Apruebo piensa que los chilenos estaban poco o mal informados sobre la propuesta constitucional. Para muchos de estos votantes, las campañas en redes sociales y debates en la prensa en relación a noticias falsas afectaron el resultado. Ejemplos de estas fake news fueron que la nueva constitución ponía en riesgo los fondos de pensiones, la vivienda propia, los colegios particulares subvencionados y la atención de salud privada. Es cierto también que diversas ambivalencias en los discursos de cada lado aumentaron la posibilidad de interpretaciones distorsionadas por parte del otro.

En medio de esta polarización: ¿qué podemos esperar de los medios de comunicación ante el proceso constitucional en curso? Los medios son uno de los vehículos más poderosos en la construcción de realidad (Schudson, 2005). Las noticias producidas y circuladas en los medios siguen siendo una de las vías más importantes a través de las cuales la sociedad adquiere conocimiento del mundo (De Botton 2014). Especialmente en democracia, los medios desempeñan un papel central al señalar los temas de interés público (Donsbach, 2014), y ayudar a construir la idea de nación como comunidad imaginada. Como resaltara Benedict Anderson (1983), independiente de la desigualdad y explotación que pueda prevalecer en una sociedad, la nación siempre se concibe como una instancia horizontal. 

Considerando la capacidad de marcar agenda y construir la idea de nación de los medios, es preocupante que un 45% de los encuestados de Chile Dice piense que los medios de comunicación exageran y amplifican las diferencias, ayudando a producir la polarización. Un botón de muestra es cómo sectores conservadores han intentado resignificar la semántica del estallido social de 2019, y las razones que llevaron al mismo. Con el mote de “octubrismo”, columnistas y editoriales de los principales medios han enfatizado la violencia de las revueltas de 2019 que empujaron a la clase política a escuchar las demandas ciudadanas por una nueva constitución. Algunos de estos incluso han relativizado las violaciones a los derechos humanos durante la represión de las protestas. Estos columnistas olvidan las múltiples razones que llevaron al estallido, que no han desaparecido, y que el mandato popular por redactar una nueva constitución tuvo un 79% de apoyo en el plebiscito de entrada (25 octubre 2020). Esta disociación entre los deseos de la ciudadanía y una esfera pública medial enfrascada en debates de elite es parte vital del problema. 

Frente a una nación que no termina de procesar sus desavenencias y desconfianzas, los medios de comunicación debieran contener el apetito por las polémicas emocionales y la interpretación distorsionada que acarrea el tan apreciado rating . Al avivar una cobertura de trinchera sobre el proceso en curso, los medios de comunicación han alimentado la polarización del país, dificultando la construcción de Chile como una comunidad imaginada. Por el contrario, estos debieran acordar marcos básicos de veracidad pública, tal como se les exige a las encuestas, para poder cumplir el papel crítico de informar a la ciudadanía sobre el proceso constitucional, escrutar el comportamiento de las autoridades y representar los dolores y anhelos de la sociedad. 

 

Referencias

 

Anderson, B. (1983) Imagined Communities: Reflections on the Origin and Spread of Nationalism. Verso. 

 

De Botton, A. (2014) The News: A User’s Manual . Pantheon.

 

Donsbach, Q. (2014) ‘Journalism as the new knowledge profession and consequences for journalism education’ . Journalism, 15:6  pp. 661–677.

 

Schudson, M. (2005) ‘Four approaches to the sociology of news’ in Michael Gurevitch and James Curran (Eds.), Mass media and society (London, UK: Hodder Arnold) pp. 172–197.

* Tomás Undurraga es doctor en Sociología por la Universidad de Cambridge (2012), y pos-doctorado en Estudios de Ciencia y Tecnología, por University College London (2012­–2016). Sus áreas de investigación son: (1) sociología económica; (2) sociología del conocimiento experto; (3) estudios de medios de comunicación; y (4) estudios de ciencia, tecnología y medio ambiente.

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