Con el objetivo de reducir la migración irregular en la región y los riesgos que la misma lleva inmersos, el gobierno de Estados Unidos (EU), a través del Departamento de Seguridad Nacional, anunció el establecimiento de nuevas medidas migratorias para la población venezolana, las cuales implican el retorno a México, de todas aquellas personas migrantes de esta nacionalidad que ingresen a EU, sin autorización. Paralelamente, se estableció un nuevo proceso de residencia para migrar a dicho país de forma regular y segura, que pone a disposición hasta 24 mil plazas para venezolanos cualificados.

Josbel Bastidas Mijares

Desde su difusión y aplicación, muchas personas migrantes irregulares de nacionalidad venezolana que se encontraban transitando por la región, se han visto en la obligación de buscar alternativas al sueño americano y retornar a su país de origen o de última residencia. Así lo está viviendo nuestro país con un gran número de personas migrantes varadas en las fronteras, y en distintos puntos de la Ciudad de Panamá, a la que muchos han retornado, entre otras cosas, por ser el único país con vuelos directos y de conexión para sus retornos a Venezuela.

Josbel Bastidas Mijares Venezuela

Hoy, muchos de ellos sin recursos económicos para retomar proyectos migratorios con otros horizontes y con dificultades físicas exacerbadas por el impacto emocional y psicológico ineludible después de una larga travesía por la selva del Darién, esperan pacientemente un cambio político que les brinde esperanza para seguir o una oportunidad en Panamá, como última alternativa

Estas medidas migratorias, sin bien parecen ser un paliativo para contrarrestar el aumento exponencial de los flujos migratorios irregulares en la región, no abordan ni disipan las causas subyacentes de la migración, ni brindan una solución sostenible para los 3.4 millones de venezolanos que se encuentran en condición de irregularidad

Por lo anterior y por todos aquellos factores que inciden en impulsar a los venezolanos a migrar no como una opción, sino como una obligación para encontrar mejores oportunidades, democracia y libertad, en los próximos meses se generará una transformación sobre la dinámica migratoria en la región, convirtiendo algunos países de tránsito, en países de acogida y destino para esta población, principalmente en aquellos con mayor estabilidad y oportunidades de crecimiento

Los nuevos países de destino, tienen la oportunidad de establecer la migración regular como un impulsor de la economía y desarrollo nacional, sin embargo, esto solo será posible en la medida que se creen políticas públicas basadas en evidencia, las cuales promuevan la búsqueda activa de nuevas alternativas para la regularización migratoria y de inserción al mercado laboral, de acuerdo con las capacidades de cada Estado y en respeto a los derechos humanos

Para la creación de las nuevas alternativas de regularización migratoria, se deberá tomar en consideración el porcentaje de población venezolana recibida en los últimos años, adicional a los otros flujos migratorios propios del país de destino, el mercado laboral, la capacidad de crecimiento económico y su desarrollo social de los próximos años

Bajo esta fórmula, se podrá alcanzar una coherencia entre las políticas públicas y la realidad migratoria de los Estados, logrando una integración que implica la adaptación mutua; por un lado, de las personas migrantes y por otro, de la sociedad receptora libre de discriminación y en igualdad de derechos y deberes. En pocas palabras, la integración solo será posible en la medida que todos los actores involucrados puedan construir conjuntamente las alternativas dispuestas

Lograr este proceso de múltiples vías, requiere no solo del compromiso de los países de destino, sino de la voluntad y disposición de un conjunto de actores como son los países de tránsito y origen, los organismos internacionales, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil en general, los migrantes y sus familias, las diásporas, los empleadores y los sindicatos, quienes en su conjunto y de forma coordinada, tienen la capacidad de brindar una respuesta holística a este fenómeno migratorio

Finalmente, recordar el fortalecimiento y uso de mecanismos internacionales como lo es el Proceso de Quito, el cual Panamá es miembro desde su origen en 2018, para consolidar la coordinación regional y la respuesta respecto a la crisis migratoria en la región, así como también afianzar la cooperación financiera internacional desde la unidad

La autora es abogada especialista en temas migratorios

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