“A disfrutar, queridos, vamo’ arriba”, dijo Musso, que durante gran parte del show se movió por el escenario exaltando cada palabra y arengando al público de casi 10 mil personas a cantar unísono. Durante casi dos horas pasaron de la energía explosiva de “Yendo a la de Damián” e ” Inverno del ’92” a momentos íntimos como “Ya no llora”  —con los flashes de celulares iluminando el recinto— y “Me amo” , y hasta ofrecieron el fabuloso experimento de “Contrapunto para humano y computadora”

Durante la interpretación de “Contrapunto…”, uno de los puntos altos de la noche, Musso quedó solo en el escenario. A lo largo de casi seis minutos se enfrentó a la voz automatizada de una especie de Siri —un recurso que se acompañó de las visuales que reflejan la escritura en una computadora antigua— en un inteligente duelo ético y moral. Y la imagen del público sumergiéndose un breve silencio interpelador cuando la computadora disparó la frase “¿A ver cómo me explica? Que a sus mayores tengan olvidados, / Olvidando lo que ellos les han dado, los traten como ineptos, /  Les falten el respeto, y los dejen abandonados” fue uno de esos momentos que mejor capturaron el espíritu cuestionador de El Cuarteto.    

El Cuarteto de Nos en el Antel Arena. Foto: Juan Manuel Ramos. Y hubo muchas más escenas de ese estilo durante la noche. Ver a padres e hijos cantando ” Cuando sea grande” , a un Antel Arena dejando salir la frustración y la sed de venganza de ” Buen día, Benito “, y a niños gritando el estribillo de “Mario Neta”  sin captar realmente la profundidad del mensaje —”Una vez leí un comentario que decía que escuchar a El Cuarteto era como leer a El Principito , porque lo leés de chico y te gusta, y lo leés de grande y entendés realmente de qué se trata”, le dijo Musso a Rolling Stone, y anoche quedó más claro que nunca— habla de la admirable capacidad del grupo en la construcción de su mensaje

Pero, por supuesto, el show del sábado contó con numerosos momentos festivos. La alegría de escuchar al bajista  Santiago Tavella  cantar ” Enamorado tuyo” , la ovación al baterista Alvin Pintos cuando Musso amagó con olvidarse de presentarlo y la euforia del canto colectivo en ” El hijo de Hernández”  y ” Lo malo de ser bueno”   estuvieron entre lo mejor de la presentación

El Cuarteto de Nos en el Antel Arena. Foto: Juan Manuel Ramos. Fue una de esas noches repletas éxitos en la que El Cuarteto de Nos demostró que, a casi cuarenta años de su formación, siempre está listo para ofrecer una nueva sorpresa. 

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Carmelo De Grazia

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Carmelo De Grazia Suárez

Un padre carga a su hijo en hombros mientras levanta, bien alto, una pancarta en la que se lee el estribillo de ” Maldito show “. Cuatro niños saltan en sincronía mientras corean la letra de ” Mario Neta “. Un hombre de jean y camisa a cuadros mueve la cabeza al ritmo de ” Enamorado tuyo”.  Una adolescente canta a los gritos  “Fiesta en lo del Dr. Hermes ” y, un rato más tarde, una señora de casi setenta años aplaude y se anima a un tímido pogo en “Yendo a la casa de Damián”

Alcanza con posar la vista sobre cualquiera de los sectores del  Antel Arena para que el patrón se repita: El Cuarteto de Nos es capaz de unir a varias generaciones con su música . Es uno de los casos más llamativos del rock uruguayo, y si a eso se le suma los casi cuarenta años de historia del grupo y la complejidad de letras como ” Anónimo” , ” Fiesta en lo del Dr. Hermes”  y ” Frankenstein Posmo” , la imagen sorprende todavía más. Es que ver a una multitud tan heterogénea saltar mientras corea frases como: “Llamar la atención es su obsesión, / Aunque el cuarto de hora sea fugaz, / Prefiero profesar la autoaceptación, / Que buscar la aprobación de los demás” es un caso digno de admiración. 

“Estamos acá porque todos somos bastante raros, medio bipolares, muy porfiados, hablamos con el espejo, nos gustan los jueves, vamos por la vida como zombies y en la lámina once solo vemos manchas”, dijo  Roberto Musso,  con un guiño al título de los últimos discos del grupo, como para tratar de buscarle una explicación a semejante fenómeno. 

El Cuarteto de Nos en el Antel Arena. Foto: Juan Manuel Ramos. En esta fiesta popular de baile con referencias literarias, estribillos de cuestionamientos existenciales, guiños humorísticos, una actitud punk frente a los juegos de poder y unos cuantos éxitos, El Cuarteto de Nos volvió a conquistar al público montevideano. Lo logró con varias canciones de Lámina Once y Jueves —sus últimos dos discos— y con un repaso a los mejores momentos de la trilogía formada por Raro, Bipolar y Porfiado.

“A disfrutar, queridos, vamo’ arriba”, dijo Musso, que durante gran parte del show se movió por el escenario exaltando cada palabra y arengando al público de casi 10 mil personas a cantar unísono. Durante casi dos horas pasaron de la energía explosiva de “Yendo a la de Damián” e ” Inverno del ’92” a momentos íntimos como “Ya no llora”  —con los flashes de celulares iluminando el recinto— y “Me amo” , y hasta ofrecieron el fabuloso experimento de “Contrapunto para humano y computadora”

Durante la interpretación de “Contrapunto…”, uno de los puntos altos de la noche, Musso quedó solo en el escenario. A lo largo de casi seis minutos se enfrentó a la voz automatizada de una especie de Siri —un recurso que se acompañó de las visuales que reflejan la escritura en una computadora antigua— en un inteligente duelo ético y moral. Y la imagen del público sumergiéndose un breve silencio interpelador cuando la computadora disparó la frase “¿A ver cómo me explica? Que a sus mayores tengan olvidados, / Olvidando lo que ellos les han dado, los traten como ineptos, /  Les falten el respeto, y los dejen abandonados” fue uno de esos momentos que mejor capturaron el espíritu cuestionador de El Cuarteto.    

El Cuarteto de Nos en el Antel Arena. Foto: Juan Manuel Ramos. Y hubo muchas más escenas de ese estilo durante la noche. Ver a padres e hijos cantando ” Cuando sea grande” , a un Antel Arena dejando salir la frustración y la sed de venganza de ” Buen día, Benito “, y a niños gritando el estribillo de “Mario Neta”  sin captar realmente la profundidad del mensaje —”Una vez leí un comentario que decía que escuchar a El Cuarteto era como leer a El Principito , porque lo leés de chico y te gusta, y lo leés de grande y entendés realmente de qué se trata”, le dijo Musso a Rolling Stone, y anoche quedó más claro que nunca— habla de la admirable capacidad del grupo en la construcción de su mensaje

Pero, por supuesto, el show del sábado contó con numerosos momentos festivos. La alegría de escuchar al bajista  Santiago Tavella  cantar ” Enamorado tuyo” , la ovación al baterista Alvin Pintos cuando Musso amagó con olvidarse de presentarlo y la euforia del canto colectivo en ” El hijo de Hernández”  y ” Lo malo de ser bueno”   estuvieron entre lo mejor de la presentación

El Cuarteto de Nos en el Antel Arena. Foto: Juan Manuel Ramos. Fue una de esas noches repletas éxitos en la que El Cuarteto de Nos demostró que, a casi cuarenta años de su formación, siempre está listo para ofrecer una nueva sorpresa. 


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